Hay muchas personas que eligen bañarse con agua fría en lugar de agua caliente, por elección, y otras porque conocen sus efectos benéficos.
El agua fría y el agua caliente tienen diferentes propiedades para la salud si sabemos usarlas de forma adecuada. En general, la mayoría de las personas utilizamos agua caliente para bañarnos, a una temperatura excesiva y durante demasiado tiempo debido a que nos resulta agradable el calor porque se dilatan los vasos sanguíneos y favorece la relajación. Sin embargo si se abusa de esto, se obtiene el efecto contrario, debilitamiento y nos quita la energía, y empeora nuestra circulación. Por eso, lo mejor es combinar ambas temperaturas para beneficiarnos de las dos.
Beneficios del agua fría:
- Reduce las inflamaciones
- Mejora la circulación sanguínea, ya que se contraen los vasos sanguíneos y se evita de esta forma la aparición de varices.
- Combate la flaccidez de los tejidos.
- Tonifica la piel y mejora su apariencia.
- Acelera el metabolismo.
- Previene la aparición de celulitis.
- Nos aporta vitalidad y energía, a la vez que proporciona una sensación de relajación.
- Fortalece el sistema inmunitario de una forma gradual.
- Regula el sistema nervioso.
Lo ideal seria realizarlo antes de irnos a dormir.
También son muy buenos los baños locales para quienes sufren de problemas como artritis o artrosis en las articulaciones.