El aceite de oliva es un aceite vegetal, que está formado por triglicéridos, ácidos grasos libres y fosfolípidos. Es extraído particularmente del fruto del olivo, aceituna u oliva.
Sus ingredientes son:
- Ácido pálmico
- Ácido linoléico
- Ácido cafeico
- Ácido margárico
- Ácido esteárico, etc.
Antiguamente, existen versiones de su uso en las culturas Mesopotámica, Babilonia, Egipcia, Griega, Cartaginesa, Etrusca y Romana.
Extraer el aceite de oliva empieza cosechando las aceitunas, las cuales se recogen cuando están verdes, debido que al madurar pierden algunas propiedades como son el color, el sabor y la acidez. A cortados, son preparados y colocados en salmuera, para que estén un tiempo en reposo, aproximadamente entre tres y seis meses. Luego pasarán a ser molidos para hacer la primera extracción del zumo que será en frió.
La segunda presión es denominada como «en caliente», en éste se trata de extraer la mayor cantidad de aceite y aprovechar así mejor el producto. Luego se realizan otro tipos de extracciones en caliente y se va reduciendo la calidad del aceite, hasta llegar al aceite más claro.
¿Para qué sirve?
El uso de éste aceite, es muy extenso, primeramente tuvo un uso alimenticio, seguido del uso estético y médico.
El principal es el alimenticio, de esta forma aporta a las personas muchos nutrientes, y un sabor excepcional en los guisos. En lo que es la zona mediterránea, el uso de este aceite es obligado.
Se utilizó en preparados estéticos y para la belleza en Egipto, Grecia y Roma, donde era muy famosa una mascara para la cara, echa de miel, leche, aceite de oliva y avena.
Con respecto a términos religiosos, se la ha usado para ritos desde la antigüedad. En el rito católico ortodoxo se utiliza para el bautismo en el cual se bañan en aceite de oliva