La cúrcuma es una planta que hace muchísimos años se utiliza como especia, de color amarillo o mostaza y que tiene un sabor muy particular.
Esta especia actúa como un tónico estomacal que estimula las secreciones de jugo gástrico y pancreático, ayudando a la digestion, sobre todo si tuviste una cena rica en grasas. Es muy aconsejable su consumo para quienes padecen de dispepsia, digestion lenta, gastritis crónica o inapetencia.
Cambien es muy buena para quienes suelen tener gases, ya que es carminativa, lo que quiere decir que ayuda a eliminar los gases del intestino. También ayuda a aliviar los cólicos por su gran contenido de eugenol. Quienes padecen de atonía estomacal deberían consumirla al igual que quienes tienen flatulencias o dispepsia ácida.
La cúrcuma tiene muchos efectos que actúan como protectores del hígado, y tónicos sobre la vesícula biliar. Ayuda a eliminar los cálculos biliares y tiene un gran poder antiinflamatorio, permite el drenaje del hígado y el vaciado de la vesícula biliar, por eso es muy recomendable consumirla en los casos de cirrosis, ictericia, enfermedades hepáticas o trastornos de la vesícula biliar.
Es muy buena para quienes tienen artritis reumatoide o síndrome del túnel, ya que alivia los síntomas y el dolor.