Una radiografía, comúnmente conocidas como radiografías del esqueleto, se trata de una evaluación imagenológica que se utiliza con el fin de hacer una examinación de los huesos. En lo que sigue a continuación vamos a seguir hablándote de ellas, porque concretamente lo que te vamos a contar es para qué sirven las radiografías.
¿Para qué sirven las radiografías?
Como un panorama general, podríamos comenzar diciendo que las radiografías sirven para detectar fracturas, tumores o afecciones que generan un desgaste en el hueso, más específicamente, una degeneración.
Este estudio, es indoloro, aunque a veces al asumir determinada posición para poder hacer distintos planos radiográficos de la zona lesionada, puede generar molestias.
Existen distintas razones por las que se hace este tipo de evaluación, pero por lo general sirve para poder detectar fracturas o roturas en los huesos. Además sirve para poder detectar si hay un cáncer que fue diseminándose en distintas partes del cuerpo.
También sirve para identificar casos de osteomielitis, que se trata de una inflamación que afecta a los huesos que es producto de una infección.
A su vez, sirve para determinar si un hueso resultó dañado producto de una afección degenerativa o un traumatismos. Y por último, sirve para buscar anomalías sobre el tejido blando que está rodeando el hueso.